Aunque el gigante de los gráficos ha dominado los titulares con una revalorización del 31%, los analistas de Wall Street señalan a un competidor clave en el sector de la memoria como la oportunidad de inversión más atractiva para el próximo año.
A falta de una semana para cerrar 2025, el balance bursátil de Nvidia (NVDA) es envidiable: sus acciones acumulan una rentabilidad cercana al 37%. La compañía, cuyo valor de mercado ha escalado hasta los 4,4 billones de dólares, sigue siendo la referencia indiscutible en el suministro de unidades de procesamiento gráfico (GPU) para centros de datos, el motor que impulsa el desarrollo de la inteligencia artificial. Sin embargo, en la carrera por liderar el boom del hardware para la IA, ha surgido un competidor que ha eclipsado este rendimiento con un crecimiento asombroso del 229% este año: Micron Technology (MU).
Micron, proveedor esencial de chips de memoria y almacenamiento para centros de datos, ordenadores y telefonía móvil, se ha convertido en una pieza crítica para las cargas de trabajo de inteligencia artificial. Según el consenso de 43 analistas seguido por The Wall Street Journal, la inmensa mayoría recomienda comprar acciones de Micron de cara a 2026 y, significativamente, ninguno aconseja vender.
La memoria de alto ancho de banda: el as bajo la manga
La clave del éxito reciente de Micron reside en la memoria de alto ancho de banda (HBM). Este componente es vital para desbloquear el máximo rendimiento de las GPU en los centros de datos, ya que almacena la información en un estado de preparación inmediata, acelerando así la velocidad de procesamiento. Una capacidad de memoria insuficiente puede crear cuellos de botella, obligando a la GPU a pausar sus cálculos a la espera de datos, un escenario ineficiente para las cargas de trabajo intensivas de la IA.
En este terreno, la solución HBM3E de Micron para centros de datos ha demostrado ser superior, ofreciendo un 50% más de capacidad que la competencia con un consumo energético un 30% menor. Esta eficiencia ha llevado a gigantes como Nvidia y Advanced Micro Devices a integrar esta tecnología en sus últimas GPU. Además, la compañía ya prepara la producción de su nueva solución HBM4E, que promete un aumento de capacidad del 60% y una mejora adicional del 20% en eficiencia energética. Según la empresa, todo el suministro para el año natural 2026 ya está vendido.
Sanjay Mehrotra, consejero delegado de Micron, anticipa que el mercado de HBM para centros de datos casi triplicará su valor para 2028, alcanzando los 100.000 millones de dólares anuales.
Unos resultados financieros que avalan el optimismo
Las cifras respaldan la euforia del mercado. Durante el primer trimestre fiscal de 2026, finalizado el pasado 27 de noviembre, Micron generó unos ingresos récord de 13.600 millones de dólares, lo que supone un aumento interanual del 56%. No obstante, el verdadero motor de crecimiento se encuentra en su segmento de memoria en la nube, que incluye las ventas de HBM para centros de datos y cuyos ingresos se duplicaron hasta los 5.300 millones.
La fuerte demanda ha otorgado a Micron un poder de fijación de precios notable, mejorando sus márgenes de beneficio en todas las líneas de negocio. Como resultado, el beneficio por acción se disparó un 175% respecto al año anterior, situándose en 4,60 dólares. Las previsiones para el segundo trimestre fiscal son igualmente optimistas, con una estimación de ingresos de 18.700 millones de dólares (un alza del 132% interanual) y un beneficio por acción que podría alcanzar los 8,19 dólares.
Desde una perspectiva de valoración, Micron parece una oportunidad clara. Con un precio objetivo medio de 308,11 dólares según los analistas, y un techo estimado en 500 dólares, el potencial de revalorización es significativo. Actualmente, sus acciones cotizan a un ratio precio-beneficio (PER) de solo 25,2 veces, considerablemente más barato que el ratio de 44,8 veces de Nvidia.
El futuro de Nvidia: ¿Más allá de la IA generativa?
Mientras Micron asciende, surge la incógnita sobre la sostenibilidad del dominio de Nvidia a largo plazo. La empresa fundada en 1993 es un ejemplo de reinvención constante: pasó de ser pionera en el procesamiento paralelo para videojuegos y consolas a dominar el minado de criptomonedas y, ahora, la inteligencia artificial generativa.
Sin embargo, esta evolución ha traído consigo una dependencia extrema de un solo sector. El segmento de juegos, antaño su pilar fundamental, representa hoy apenas el 7,5% de sus ingresos. Por el contrario, el negocio de centros de datos, centrado en sistemas para entrenar grandes modelos de lenguaje (LLM), aglutina cerca del 90% de su facturación trimestral de 57.000 millones de dólares. Esta falta de diversificación expone a la compañía a riesgos ante una posible desaceleración del mercado.
Aunque la demanda relacionada con la IA sigue en auge, comienzan a aparecer grietas. Muchos de los principales clientes de Nvidia, como OpenAI, están consumiendo efectivo a un ritmo vertiginoso; se estima que el creador de ChatGPT perdió 11.500 millones de dólares solo en su último trimestre. Analistas de Deutsche Bank advierten que las pérdidas combinadas en el sector podrían ascender a 140.000 millones entre 2024 y 2029, una situación que podría afectar también a competidores como Anthropic.
En definitiva, aunque Nvidia ha demostrado ser una empresa resiliente capaz de reinventarse, la diversificación y la solidez financiera de Micron, unidas a su valoración más atractiva, la posicionan como la opción predilecta de Wall Street para afrontar el 2026.