El Bitcoin, que actualmente cotiza en torno a los 111.324 dólares, se encuentra en un momento de incertidumbre. Tras un año de crecimiento espectacular, surgen dos narrativas contrapuestas en el mercado: mientras algunos analistas advierten de la posible llegada de un «criptoinvierno» basado en ciclos históricos, otros críticos señalan un agotamiento en su rendimiento en comparación con activos tradicionales como el oro.
La teoría de los ciclos: ¿Un desplome hasta los 60.000 dólares?
La publicación especializada Cointelegraph ha puesto sobre la mesa una predicción basada en el comportamiento histórico del Bitcoin. Los inversores con más experiencia en el sector reconocen un patrón cíclico de aproximadamente cuatro años, en el que a largos periodos alcistas les suceden fuertes caídas. Este comportamiento ya se observó en los mercados de 2011, 2014, 2018 y 2022.
Siguiendo esta lógica, la firma de análisis Diaman Partners sugiere que un nuevo «criptoinvierno» podría materializarse en los próximos meses. A través de simulaciones y análisis de gráficos, estiman que el precio del Bitcoin podría tocar fondo el próximo año en un rango de entre 60.000 y 80.000 dólares. Esta predicción sirve como una advertencia para que los inversores se preparen ante una posible corrección significativa.
No obstante, existe un contrapunto a esta teoría. Varios expertos argumentan que estos ciclos no tienen por qué repetirse. La creciente madurez del mercado, con una mayor participación de inversores institucionales, podría haber dotado al Bitcoin de una estabilidad que haga menos probables caídas tan drásticas. Una visión intermedia sugiere que los ciclos podrían continuar, pero de una forma más atenuada. Cointelegraph subraya que estas cifras son fruto de un análisis de mercado y no constituyen un consejo de inversión.
La visión de Peter Schiff: «El aire está saliendo de la burbuja»
En la otra cara del debate se encuentra Peter Schiff, economista y conocido defensor del oro, quien sostiene que el Bitcoin está perdiendo impulso. Schiff utiliza como punto de referencia diciembre de 2024, mes en el que la criptomoneda superó por primera vez los 100.000 dólares, para resaltar su rendimiento inferior frente a otros activos.
Según sus datos, desde esa fecha el Bitcoin ha subido un 10%. En el mismo periodo, el índice Nasdaq Composite ha avanzado un 12%, el oro se ha disparado un 28,5% y el ETF VanEck Gold Miners (GDX) ha experimentado un impresionante aumento del 80%. Para Schiff, la enorme expectación generada por las reservas estratégicas de Bitcoin y las compras corporativas no se ha traducido en los beneficios esperados.
Factores detrás del reciente estancamiento
El comportamiento reciente del Bitcoin se ha visto afectado por varios factores. A pesar de ser promocionado como un activo refugio, este año ha reaccionado más como un activo de riesgo, influenciado por las políticas arancelarias del presidente Donald Trump y los recortes de tipos de interés de la Reserva Federal. Además, el mercado se vio presionado por eventos propios del sector, como la venta de 24.000 BTC (valorados en más de 2.700 millones de dólares) por parte de un inversor «ballena» a principios de mes, lo que provocó una caída hasta los 75.000 dólares.
En contraste, el oro parece haber consolidado su reputación como cobertura contra la inflación. Mientras las acciones y las criptomonedas flaqueaban, el metal precioso ha seguido una trayectoria ascendente. En lo que va de año, el precio del oro al contado ha subido más de un 27%, frente al 18,81% del Bitcoin.
La importancia de la perspectiva y el rendimiento a largo plazo
Las críticas de Schiff han sido recibidas con escepticismo por parte de la comunidad cripto, que le acusa de seleccionar periodos de tiempo específicos para favorecer su narrativa pro-oro y menoscabar el rendimiento del Bitcoin. De hecho, si se amplía la perspectiva, el panorama cambia drásticamente.
Si se analiza el rendimiento del último año, el Bitcoin supera de forma contundente al mercado, con una revalorización del 76%. El propio Schiff, que en el pasado llegó a declarar que la principal criptomoneda «nunca superaría los 100.000 dólares», tuvo que admitir posteriormente su error. Fiel a su escepticismo, a principios de esta semana vaticinó una posible caída hasta los 75.000 dólares, aconsejando a los inversores «vender ahora para recomprar más barato después».